misiones

misiones

Las misiones son obedecer a Cristo

Después de la muerte y resurrección de Cristo, el Señor ordenó a los discípulos compartir el evangelio, el mensaje de Su redención:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
(Mateo 28:19-20).

Esta Gran Comisión es válida para los cristianos de hoy en día. En lugar de ser una carga para nosotros, obedecer el llamado de Dios trae gozo y recompensa en el cielo. Debemos cumplir nuestra misión no por deber sino por amor:

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos…Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”
(2 Corintios 5:14-21).

Dios podía convertir a todos usando una luz enceguecedora y la voz de Cristo como lo hizo con el apóstol Pablo. Sin embargo, Él les da a los cristianos la misión de la reconciliación (Hechos 1:8-9). Él obra a través de nosotros, llamando a los pecadores a volverse a Cristo en arrepentimiento y fe.

Las misiones cristianas son compartir a Cristo

Nuestra misión es proclamar a Cristo como el único salvador del pecado y el único camino a la vida abundante y eterna. ¿A quién se lo decimos? Jesús le dijo a los cristianos que llegaran a “todas las naciones” (Mateo 28:19). Jesús nos envía a todos los grupos de personas, a todas las culturas étnicas que no tienen un testimonio del evangelio.

Sin embargo, las misiones cristianas no se limitan al ministerio internacional. Aunque los creyentes deben apoyar fielmente a los que van a los no alcanzados en tierra extranjera, todos los cristianos tienen la misión de compartir a Cristo en casa con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y la comunidad.

La misión cristiana de compartir a Cristo no termina con la salvación de un pecador. La comisión era hacer discípulos, no creyentes inmaduros. Por lo tanto, las misiones cristianas implican no sólo la evangelización sino también el discipulado.

Las misiones cristianas es depender de Cristo

Compartir el evangelio con humildad, audacia y pasión es nuestra misión cristiana. Pero no podemos hacerlo solos. El poder y los resultados de las misiones cristianas vienen del Señor. ¡Él nos da la sabiduría, la fortaleza y el deseo de dar testimonio! A través de nuestro testimonio, Él hace que el corazón del pecador se arrepienta y tenga fe (2 Corintios 5:20-21).

Aunque las misiones son, en última instancia, la obra de Dios, los cristianos son responsables de entender y compartir el evangelio y de tener una fuerte relación con Cristo. Esa relación protege contra la hipocresía. “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo” (1 Pedro 3:15-16). Jesús nos aseguró que el sufrimiento acompañaría a las misiones, aunque Dios usa incluso el sufrimiento para el bien (Romanos 8:28).

En resumen, las misiones cristianas son obedecer a Cristo, compartir a Cristo y depender de Cristo. Específicamente, Dios envía misioneros a través del apoyo de la iglesia a los no alcanzados. Todos los cristianos, sin embargo, tienen la misión de la reconciliación. El Señor obra por medio de ellos para rescatar a los perdidos. ¿Qué misión más grande puede uno cumplir?

No Comment